MICROFILTRACIÓN (MF) Y ULTRAFILTRACIÓN (UF)
agosto 19, 2020
En estas dos tecnologías las membranas actúan como tamices
moleculares. La relación tamaño de sustancias contaminantes/distribución de
tamaño de poros permite la exclusión de contaminantes en el permeado. Así, las
sustancias mayores que el mayor tamaño de los poros serán totalmente rechazadas
por la membrana, y las sustancias cuyo tamaño esté comprendido entre el mayor y
menor tamaño de poros serán parcialmente rechazadas. Aunque los procesos de
ultrafiltración y microfiltración se basan en el mismo principio que la
filtración clásica: separación mecánica de partículas mediante un tamiz, hay
que resaltar que ésta solo es aplicable a suspensiones, mientras que en
microfiltración y ultrafiltración, la exclusión de partículas por la membrana
tiene lugar en el caso de dispersiones coloidales y soluciones.
DESCRIPCIÓN DEL PROCESO DE MICROFILTRACIÓN (MF)
La microfiltración utiliza valores de diferencia de presión
transmembrana comprendidos en el intervalo 100 - 500 kPa, pudiendo separar
tamaños de partículas dentro del rango: 0.1 μm – 10 μm, de distinta naturaleza:
sólidos en suspensión, partículas finas, coloides, algas y microorganismos como
bacterias, Giardia lambia, etc. Se utilizan membranas microporosas del tipo
filtro profundo dispuestas en cartuchos, que se instalan en línea y del tipo
tamiz, que se disponen en diferentes configuraciones y que operan en la forma
filtración tangencial. Para las aplicaciones industriales, las membranas de
microfiltración se fabrican con polifluoruros de polivinilideno, poliamidas,
poliolefinas y materiales cerámicos.
DESCRIPCIÓN DEL PROCESO DE ULTRAFILTRACIÓN (UF)
La ultrafiltración utiliza diferencias de presión
transmembrana (TMP) de 100 - 800 kPa, con un intervalo de tamaño de poro de 10
Å – 1000 Å, pudiendo realizar separaciones de microsolutos como coloides y
macromoléculas. La forma habitual de clasificar estas membranas es mediante el
peso molecular de corte (cut-off molecular weight), definido como el peso
molecular de las proteínas, de tipo globular, que la membrana puede separar en
un 90 %. El intervalo de pesos moleculares de corte de las membranas de
ultrafiltración es de 10 kD – 900 kD. A la hora de elegir la membrana más
adecuada, además del peso molecular de corte, hay que tener en cuenta ciertas
características físicas de las macromoléculas como linealidad y rigidez.
Macromoléculas lineales y flexibles pueden atravesar
membranas de peso molecular de corte muy inferior a su peso molecular. Así,
cadenas lineales de dextrano de 100 kD de peso molecular medio, pueden
atravesar membranas de peso molecular de corte inferior a 35 kD. El pH del
medio es otro factor que también puede modificar el proceso de ultrafiltración.
Los ácidos poliacrílicos, a valores de pH 5 y superiores, se encuentran
ionizados, formando estructuras rígidas que se repelen entre si y que son
fácilmente rechazados por membranas de ultrafiltración. Sin embargo, a valores
de pH 3 o inferiores dejan de estar ionizados, adoptando una conformación más
flexible que pueden atravesar la membrana y dificulta su proceso de separación.
Las membranas más utilizadas en UF son las anisótropas de tipo Loeb - Sourijan,
donde una delgada capa de poros de pequeño diámetro se encuentra unida, sin
discontinuidad, a otra capa más gruesa y microporosa. Los materiales
habitualmente empleados en la fabricación de este tipo de membranas son:
poliacrilonitrilo, polímeros de polivinilclorudo/poliacrilonitrilo,
polisulfonas, poliviniliden fluoruro, poliamidas aromáticas, acetato de
celulosa y materiales cerámicos (óxidos de titanio, aluminio y silicio). La
duración media de las membranas de ultrafiltración es del orden de 2 – 3 años.
Las membranas se suelen disponer en módulos de tipo
placa-bastidor, tubulares, de membrana enrollada en espiral o de tipo fibra
hueca. Los menores costes de los módulos membrana enrollada en espiral o de tipo
fibra hueca han desplazado a las demás configuraciones. Sin embargo, en
aplicaciones donde existen importantes problemas de ensuciamiento, los módulos
tubulares, debido al mayor diámetro de las membranas, son los de elección,
pudiendo en este caso compensar, su mayor coste y mayor consumo de energía, los
costes de operación debido a la limpieza y reposición de membranas. Los módulos
tipo placa-bastidor pueden ser una opción a los módulos tubulares, menos cara
pero con mayores problemas de ensuciamiento.
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